- ¿Sabía usted que este ciber está maldito?... me espeto el dependiente asi como quien nos asegura algo evidente como que llueve a cántaros y nos muestra su ropa empapada.
-¡Ah si!..., ¿que cosas no?
-De verdad, es en serio, le digo que esa puerta que ve ahi, se le abrió sola al otro empleado, justo cuando ya había colocado las rejas para cerrar y estaba afuera.
-¿En serio?.
-Asi es tio, como lo oye, esa llave se acciona sola, hasta la hemos trabado con papel para que se quede quieta y asimismo se prende la luz en cuanto te descuidas, eso le paso a otro de los encargados de noche, que estaba solo en el local usando una de las computadoras del fondo y la luz, de pronto se prendió sola.
-¿y que hizo el hombre?, estando solo ahi, con esos fenómenos espeluznantes.
-Se había prometido irse en cuanto pasara algo raro y eso hizo, agarró las llaves cerró todo y se mando a mudar a su casa a tomar algo mas bien fuerte.
- Si me imagino.
-hasta hemos tenido que llamar a la policía una vez.
-Eso si que ya pasó a mayores ¿no?.
- Si, una noche de verano teníamos todo abierto y por la ventana que da al patio se desplazó una sombra y entró a la cocina que a veces usamos y da a él...
- Oimos ruidos dentro pero no se veía absolutamente nada, ruidos de muebles y de botellas, como que alguien le pegaba a todo lo que se le ponía adelante...
- Nos pusimos todos fuera, de espaldas a la pared a los lados de la puerta, que seguía cerrada, vino el dueño, y encargo traer las llaves para entrar y ver que era todo ese ruido, seguramente, pensó, sería alguno de los gatos atorrantes que vagaban por las tapias en busca de aventuras y este habia decidido jugar al bowling con los enseres y envases de vidrio abandonados de la cocina.
Yo hacía silencio comprendiendo que la culminación del relato, estaba en esta secuencia y asentía sin interrumpirlo.
-Cuando abrimos la puerta, esta se trabó apenas dejando un espacio de unos pocos centímetros por el que no se podía pasar, los ruidos se incrementaron como si amenazaran al que intentara entrar...
-Todos estabamos helados...
-Asi que el dueño ordenó cerrarla y llamar a la policía...
-Cuando llegaron los patrulleros, se abrió de nuevo la puerta, los ruidos se interrumpieron súbitamente cuando estubo abierta de par en par, a fuerza de empujones dados entre varios "valientes"...
-¿Y que sucedió, era un gato nomás?
-No, no, no había nada ni nadie, encendimos la luz y repasamos todo con los policías y no había nada de nada y nada tampoco estaba desacomodado, desde ese día cerramos la cocina y nadie ha vuelto a entrar, ni de día, a pesar que la usábamos de depósito...
-¿Y siguieron sucendiendo cosas extrañas?
- Si claro pero ya no le prestamos atención, si nosotros no vamos a la cocina el o lo que sea que está por ahi, tampoco viene a la sala de las máquinas, asi que todo en paz, por ahi muy de vez en cuando se prende la luz sola, pero es como para decir,
-¡Aun estoy por aqui muchachos, no me extrañen!